Los Frutos de la Convivencia Capítulo II La Caída Por Emiliano José Medina

1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
1:7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
1:8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.


La compañera más interesante de la Biblia, la seductora, la tentadora, la llamada de mala forma la corruptora y mala mujer, dio a luz tres hijos.

_ Te llamarás Caín, le dijo al primero.

Los años pasaron y el mundo comenzó a cambiar. Caín creció y trabajaba de agricultor, mientras que Abel, hijo segundo, era un humilde pastor.

_ Eres mi hermano menor y estás ahora a manos mías, Abel. Seguirás mis órdenes.
_ No todo será así Caín. De hecho no lo será.
_De todos modos hermano mío, Dios me lo dijo claramente. “Prefiere el sacrificio de sangre tuyo y por parte mía, porque Abel, eres de buenos sentimientos pero muy por el contrario, de mí.”
_ ¿Deseas luchar hermano?
_Deseo matarte, de modo que no encuentres piedad.

Y fue así como Abel mató a su hermano menor dándole golpes con una quijada de asno en la cabeza.

_Volveré a mis cultivos, en donde seré querido y respetado.

De pronto, la imagen de Dios sale a la vista de Caín.

_ ¿Cuál es el actual paradero de tu hermano, hijo mío?

Caín responde: ¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?

Yavé1, debido a lo que había ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra de Nod. Y por matar a Lilit en el mar Rojo.

_Me enteré de lo hecho Caín. No tienes piedad. Debes de morir.
_ ¿Me matarás padre?
_Debes tener castigo.
_Has cometido graves pecados.
_Déjalo, Adán.
_Tu no debéis interponerte Eva.
_Es nuestro hijo.
_A propósito padre. ¿Dónde está Set?
_Set, nuestro tercer hijo, y a la vez tu querido hermano, también llamado "El Sustituto", formó su propio linaje, partiendo con su primer hijo Enós, querido Caín.
_Para ti padre ya no soy querido. Luchemos a la luz del sol, a la lejanía del paraíso.
_No lo hagas Adán.
_Si el muere tu también morirás Eva.
_ ¡No! Tu padre ha creado los frutos de la convivencia.
_Ya no es mi padre. Ya no. Y tú tampoco eres mi madre.
_ ¿Por qué la mataste?
_ ¿A quién has matado Caín? ¿Por qué la mataste?
_ El primer amor de mi padre Eva.
_Lilit.
_Nunca me lo dijiste Adán.
_Porque nunca desee decírtelo, amada Eva.
_La he matado a ella ya que ha matado a varios niños. Ella, antigua diosa y ladrona de niños, era un demonio, unida junto a otros de estos. Se transformó en un gran demonio luego de la pelea que ha tenido con tú padre.
Ahora sí. Batallemos. Hasta la victoria. O, hasta la muerte.

_ ¡Corre Eva! ¡Corre!

Eva huye y la lucha da comienzo al atardecer de un desconocido día, de un desconocido mes y de un desconocido año.

_ ¡Muere Adán! ¡Muere!

Los gritos de furia de Caín se escuchaban en la oscuridad. Adán cayó al suelo. Cayó, como caen los ángeles. Un grito agonizante. Su arma, la misma que usó contra Abel, dio justo en el corazón de este. Varios golpes. Mucha sangre. El fin de Adán, el fin del creador de los frutos de la convivencia, había llegado. Eva había huido, llevándose consigo el tesoro de Adán.

_Debo correr. Debo seguir corriendo. Pronto encontraré a Set. El podrá ayudarme.
¡Dios!. ¿Qué es eso Señor?